viernes, 16 de enero de 2009

La educación peruana de espaldas a la globalización y la investigación educacional





Con 14 libros escritos sobre educación peruana, estudios de postgrado en Israel y amplia trayectoria pedagógica, León Trahtemberg, en el siguiente artículo, nos desgarra el alma con su mirada crítica al sistema y nos recuerda que hay una disociación entre lo que la escuela y la universidad producen y lo que las empresas necesitan. ¿Qué falla en el sector educativo peruano? ¿Cómo podemos resolverlo? Revisemos su planteamiento.

¿Cómo encontrar el éxito?

Si hay en el Perú una institución en la que podemos apreciar la impermeabilidad frente a los sucesivos hallazgos de las teorías pedagógicas, la investigación educacional y las demandas del mercado laboral del mundo globalizado, esa es la escuela, y no en pocos aspectos, también la universidad. Y no solamente la escuela pública, habitualmente reconocida por ser muy precaria, sino también buena parte de la escuela privada, que a pesar de sus prerrogativas de gestión autónoma también se nutre del mismo clima educacional desfasado en el tiempo que rige para la educación pública.

La creciente oferta de profesionales de alto nivel graduados en China, Rusia e India que con menores remuneraciones que los norteamericanos y europeos tienen similares capacidades, está haciendo que el buen empleo sea cada vez más escaso y disputado en el planeta. ¿Cómo podría entonces un joven talentoso y ambicioso mejorar sus posibilidades de éxito y bienestar económico? Hay básicamente dos opciones, que no son excluyentes. Una, utilizar su saber académico o profesional para incursionar en la aventura empresarial, de modo que pueda convertirse en promotor de una de esas pequeñas o medianas empresas que constituyen el 98.6% del universo empresarial peruano. Otra, convertirse en profesional o académico con una muy alta tasa de empleabilidad en las empresas modernas que podrían contratarlo en condiciones atractivas.

¿Qué requerirían los futuros profesionales para elevar su empleabilidad? Entre las principales características, podríamos citar las siguientes:

1) Poseer al menos un grado de educación superior universitaria o técnica.

2) Dominar además del castellano, matemáticas, inglés, informática, telecomunicaciones y saber usar manuales autoinstructivos. Idiomas adicionales también dan ventajas.

3) Conocimiento del mundo de la empresa y haber tenido experiencia de trabajo en empresas formadoras de jóvenes, aquellas como por ejemplo las del fast-food (Mc Donalds, Burger King, Pizza Hut) o almacenes (como ACE o Wong) que les inculcan a los jóvenes una primera disciplina laboral, les hacen tomar conciencia de la importancia de las relaciones públicas y cultivan el concepto de calidad en el servicio.

4) Tener capacidad de trabajar en equipo y exhibir experiencias de liderazgo como en un consejo estudiantil, movimiento juvenil o scóutico, parroquia, club social o deportivo, etc.

5) Haber trabajado un tiempo en las provincias o en el extranjero, para ganar “roce internacional”

6) Poseer buen estado físico para soportar trajines duros y adecuada salud mental para no perder el equilibrio en situaciones de stress o conflicto con la autoridad o los clientes.

7) Ser creativo, tener capacidad de innovación, autonomía de pensamiento y personalidad, para encarar y resolver audazmente problemas nuevos.

8) Tener independencia económica para no aceptar cualquier empleo ni condenarse a él.

9) Poseer habilidades sociales que “abran puertas” y capacidad para desarrollar el marketing personal y “darse a conocer favorablemente”.

10) Tener una visión prospectiva del mundo y de su propia vida, y tener un plan de carrera para cultivar su empleabilidad.

11) Pertenecer a redes profesionales o empresarios globales en áreas afines a la de su especialidad

La mayoría de estas características pueden cultivarse desde la educación básica, sin embargo, si observamos la escuela pública y privada (así como las universidades) en el Perú veremos que poco de esto se promueve desde los espacios educativos formales. Solo los escasos buenos colegios logran que sus alumnos dominen lenguaje, matemáticas, informática e inglés, sean creativos en su expresión artística (no así en su producción científica o humanística) y que eventualmente aprendan a desarrollar su estado físico (aunque no necesariamente incluyendo una nutrición adecuada). Sin embargo, dejan de lado varias de las otras de las demandas mencionadas. Sin duda, la mayoría de los colegios educan a sus alumnos de espaldas a las exigencias de la empleabilidad en un mundo globalizado.

Características de la actividad educativa según la moderna ciencia y pedagogía

El Premio Nobel de Economía 2000 James Heckman junto con Pedro Carneiro escribieron un artículo sobre el “Capital Humano” ( MIT press 2004 “Inequality in America: what role for human capital policies?) en el que señalan los hallazgos de su investigación sobre los retornos a la inversión educacional, encontrando algo que en realidad es parte del saber común de los educadores y psicólogos de estos tiempos: las habilidades no-cognitivas, como motivación, liderazgo, honestidad y habilidades sociales, son al menos tan importantes como las habilidades cognitivas que suelen ser el foco solitario de las teorías, investigaciones y políticas de capital humano.

Los retornos más altos a la inversión en capital humano corresponden a los años pre escolares, sobre todo por la formación de habilidades cognitivas, y a los años adolescentes, sobre todo por las habilidades no cognitivas ya que las cognitivas pueden cultivarse en cualquier momento del desarrollo adulto.

La adquisición de capital humano es acumulativo en el tiempo, y tiene impactos consecutivos a lo largo de la vida (por ejemplo las habilidades del 1er grado impactan también en 4to grado o en 5to de secundaria), por lo que la inversión en edades tempranas tiene el mayor retorno. Eso significa que diferir la inversión tiene un alto costo (pérdida).

Si el Perú tuviera un sistema educativo acorde con estos hallazgos este priorizaría la atención integral a la infancia, tendría amplia cobertura para la estimulación temprana y educación inicial, y proveería apoyo psicológico a los escolares especialmente púberes y adolescentes. Sin embargo, lo que observamos en la realidad es que la educación peruana le da la espalda a estas demandas.

La escasa atención a las habilidades no cognitivas de los niños y adolescentes se vuelve patética cuando observamos la total ausencia de psicólogos educacionales en la escuela pública y buena parte de la privada y las universidades. Observamos el abandono a su suerte de adolescentes que son hijos del divorcio que tienen severas lesiones emocionales; hijos del maltrato, la violencia, el abandono, la incomunicación familiar; consumidores de drogas y alcohol; viciosos compulsivos; jóvenes embarazadas, anoréxicas, bulímicas, cárceles llenas de jóvenes, principalmente pobres, quienes debido a la precariedad de su hogar nunca tuvieron una oportunidad de aprender a vivir respetando los derechos de los demás sin delinquir, transgredir, violar, agredir…

Así son cada vez más jóvenes peruanos. ¿Quién hace algo al respecto, en ausencia de una familia estructurada, contenedora, comunicada, que ama, orienta y a la vez pone límites? Nadie. La única institución social a la que acude casi el 100% de los niños que podría hacer algo por todos ellos es la escuela, que debería convertirse literalmente en un “segundo hogar”, digno y saludable, un escenario de crianza y educación integral, y no solamente de docencia e instrucción. Pero para ello resulta imprescindible que los psicólogos y asistentes sociales entren a tallar en la vida escolar y además, que los profesores sean formados y entrenados para tener la capacidad se dar consejería personal y familiar. Sin embargo, no existen en la escuela pública peruana.

Igualmente dramática resulta la poca atención que se le da en la escuela a la prevención de las enfermedades que constituyen frenos o impedimentos para su desarrollo vital pleno.

Otro de los retos curriculares no encarados es el aprendizaje de idiomas extranjeros. Si bien algunos colegios especialmente privados de elite logran que sus alumnos dominen suficientemente el inglés, la mayoría se queda en eso lo que los pone de espaldas a las tendencias internacionales de agregar habilidades en idiomas como chino, ruso, francés u idiomas internacionales, ya que cada vez serán más necesarios en el mundo globalizado

Las actividades y contenidos curriculares escolares y universitarios, de espaldas a lo sugerido por la investigación psicopedagógica para fines del Siglo XX, sigue estando fundamentalmente basada en la palabra (verbal) y los números (lógico matemática) dejando fuera todo el resto.

En cuanto a la organización del alumnado por aulas en la escuela, esta sigue de espaldas a los hallazgos sobre el manejo de grupos heterogéneos. Se sigue partiendo de la concepción del “alumno promedio” (que en realidad no existe) dejando excluidos a los más débiles y aburriendo a los más hábiles. Aún hay escasas estrategias de diversificación en la enseñanza y evaluación, poco énfasis en la integración social entre diferentes grupos y casi inexistentes esquemas de organización diversos y por grupos multiedades, tal como se hace fuera de la escuela para actividades como deportes, artes, idiomas, computación.

Finalmente, la relación profesores alumnos también le da la espalda a las recomendaciones de la pedagogía moderna. El esquema cooperativo horizontal aún es inaccesible y predominando un vínculo profesor-alumno autoritario, dogmático, vertical, como en el siglo XVIII, XIX y buena parte del XX. En suma, tenemos una escuela de espaldas a la modernidad.

Formación de los docentes y prerrogativas de los directores

No podría terminar esta ponencia sin hacer notar que también en la formación docente actuamos de espaldas a lo que enseña la experiencia más exitosa del primer mundo. En el Perú los Institutos Superiores Pedagógicos (ISP) y las facultades de educación tienen las mismas prerrogativas para formar profesores de inicial, primaria y secundaria en 5 años. Si es así ¿para qué existen como instituciones diferentes? Si hacen lo mismo, una de ellas está de más. Tal como están propuestas, resultan redundantes e ineficientes.

La tendencia mundial es que los ISP formen solo profesores de inicial y primaria con un sentido muy práctico y en cambio las universidades formen profesores de secundaria y técnica, a partir de una fuerte formación académica que la da un bachillerato al que luego se agrega uno o dos años de pedagogía para la titulación docente. En Europa ya se requiere maestría para enseñar en la secundaria. Pero además, en el Perú no hay ninguna certificación estatal del egresado de pedagogía antes de titularlo y nombrarlo como docente de la escuela pública con estabilidad laboral para toda su vida. En cambio el primer mundo se requiere una certificación estatal para ejercer docencia. Así, también en esto el Perú está de espaldas a las tendencias mundiales de formación docente en la que tenemos por lo menos 30 años de atraso.

CONCLUSIÓN

En suma, sin una reforma drástica del sentido y la manera de educar en las instituciones educativas peruanas, no hay manera de que los egresados puedan ser competitivos respecto a las demandas de la globalización. Además, nuestras desventajas frente al primer mundo seguirán creciendo continuamente. Eso incluye también a las universidades, muchas de las cuales tampoco están a la altura de las exigencias del siglo XXI. Si ellas no van a tomar en serio su situación real, perderemos nuestra capacidad de formar las vanguardias y los cuadros profesionales que el Perú necesita para estimular su desarrollo social y económico.

viernes, 2 de enero de 2009

NO ESTÁS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAIDO



por Facundo Cabral

No estás deprimido, estás distraído, distraído de la vida que te puebla.
Distraído de la vida que te rodea: Delfines, bosques, mares, montañas, ríos.
No caigas en lo que cayó tu hermano, que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay 5,600 millones.

Además, no es tan malo vivir solo. Yo la paso bien, decidiendo a cada instante lo que quiero hacer, y gracias a la soledad me conozco; algo fundamental para vivir.

No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque tiene 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubistein interpretaba como nadie a Chopin a los 90. Sólo citar dos casos conocidos.

No estás deprimido, estás distraído, por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible, porque todo te fue dado. No hiciste ni un sólo pelo de tu cabeza por lo tanto no puedes ser dueño de nada.

Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas. Te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud. De la cuna a la tumba es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones. No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el amor, sigue en tu corazón. ¿Quién podría decir que Jesús está muerto? No hay muerte: hay mudanza. Y del otro lado te espera gente maravillosa: Gandhi, Michelangelo, Whitman, San Agustín, la Madre Teresa, tu abuela y mi madre, que creía que la pobreza está más cerca del amor, porque el dinero nos distrae con demasiadas cosas, y nos aleja por que nos hace desconfiados.

Haz sólo lo que amas y serás feliz, y el que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente. No hagas nada por obligación ni por compromiso, sino por amor. Entonces habrá plenitud, y en esa plenitud todo es posible. Y sin esfuerzo porque te mueve la fuerza natural de la vida, la que me levantó cuando se cayó el avión con mi mujer y mi hija; la que me mantuvo vivo cuando los médicos me diagnosticaban 3 ó 4 meses de vida. Dios te puso un ser humano a cargo, y eres tú mismo. A ti debes hacerte libre y feliz, después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: "Amarás al prójimo como a ti mismo".

Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios; y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición.

Además, la felicidad no es un derecho sino un deber porque si no eres feliz, estás amargando a todo el barrio. Un sólo hombre que no tuvo ni talento ni valor para vivir, mando matar seis millones de hermanos judíos. Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Tenemos para gozar la nieve del invierno y las flores de la primavera, el chocolate de la Perusa, la baguette francesa, los tacos mexicanos, el vino chileno, los mares y los ríos, el fútbol de los brasileros, Las Mil y Una Noches, la Divina Comedia, el Quijote, el Pedro Páramo, los boleros de Manzanero y las poesías de Whitman, Mäiller, Mozart, Chopin, Beethoven, Caraballo, Rembrandt, Velásquez, Picasso y Tamayo, entre tantas maravillas.

Y si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas y las dos son buenas; si te gana, te libera del cuerpo que es tan molesto: tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas ... y si le ganas, serás más humilde, más agradecido, por lo tanto, fácilmente feliz. Libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad, y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente como debe ser.

No estás deprimido, estás desocupado. Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos, y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, como gozar a la naturaleza y cuidarla para el que vendrá. Da sin medida y te darán sin medidas.

Ama hasta convertirte en lo amado, más aún hasta convertirte en el mismísimo amor. Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que le destruyan hay millones de caricias, que alimentan la vida.

Pocas cosas tan bellas he recibido como estas palabras, que me parecen salidas no sólo de una alma buena, pero sobre todo muy humana. Ojalá y lo disfrutes tanto como yo y ojalá y todos los practiquemos. ¡A vivir se ha dicho! Y ¡Menos quejas! ¿No crees?.

LA EDUCACION SUPERIOR EN LA REFLEXION EDUCATIVA CONTEMPORÁNEA


Por: Arturo Escalante Aguilar. Mestrista UCSUR.

Los números sí importan. El Perú es uno de los países que reporta menos ingresos nacionales en educación. El monto asignado a la educación en el 2007 fue del 3.0 % del PBI. En el 2008 el porcentaje se elevó a 3.3%. Sin embargo, hay que recordar que solo el 3% del presupuesto se utiliza para inversión en educación, pues el 97% del mismo está destinado al pago de la planilla.

El Acuerdo Nacional ha planteado que para iniciar un cambio sustancial en el sector es necesario invertir -por lo menos- el 6% del PBI hasta el 2012. Ha pasado el gobierno de Alejandro Toledo, estamos a la mitad del segundo mandato de Alan García, y el incremento en educación es ridículo. Mientras que el Perú han asignado S/.11.291 millones de soles para este año, en Chile se ha presupuestado una cantidad superior a los S/.21.000 millones. Considerando que el número de chilenos bordea los 16 millones y el Perú los 29 millones de ciudadanos, la diferencia se magnifica a favor del país vecino del sur।

presupuesto2009

A nivel universitario estatal, el Perú invierte unos 800 dólares anuales por estudiante frente a los 8,000 dólares anuales de las universidades privadas líderes en el mundo. Las universidades públicas norteamericanas cuestan 30,000 dólares (aunque se subsidian hasta el 50%) y las universidades privadas más reputadas de EEUU cuestan 45,000 dólares anuales.

Desidia estatal. Si hablamos que el Estado ha descuidado su interés en la educación básica, no es menos la desidia en la educación superior. En el tema universitario para nadie es un secreto uno de los mayores problemas empezó con su proliferación, especialmente durante el gobierno del Ing. Alberto Fujimori, a tal punto que ahora suman un total de 83 universidades, 35 públicas y 48 privadas, según la Dirección de Estadística e Informática de la ANR.

Amparados en la ley de la oferta y la demanda, con este incremento de universidades se produjo dos efectos interesantes: se crearon centros superiores para todo bolsillo, haciendo que el ingreso a la universidad ya no sea tan complejo como antes; y por otro lado, se prostituyera las carreras profesionales al ofrecérselas sin los mínimos requerimientos técnicos y de infraestructura. Así institutos superiores se convirtieron en universidades y la oferta de carreras se extendió sin límites. Las universidades del Perú ofrecen aproximadamente 138 carreras profesionales en pregrado y a la fecha todos los departamentos del Perú tienen no menos de una universidad pública.

Todo esto convirtió a las universidades en un tema mercantilista, donde las privadas flexibilizaron sus exámenes de ingreso, apostando por el lucro, y mostraban una imagen muy distinta a la vida universitaria que se tenía en las estatales. Hay que decir, que el desprestigio de las universidades públicas debido a huelgas y protestas favoreció enormemente el auge de las privadas. Estas también empezaron a reclutar a los catedráticos más prestigiados de las universidades públicas, ofreciéndoles mejoras económicas que el Estado jamás podría costear.

En suma, la creación de más universidades favoreció a los usuarios, pues les permitió acceder a la vida universitaria soñada que estaba bastante limitada solo a las universidades públicas o universidades privadas de élite. Además generó una oferta casi ilimitada de viejas y consolidadas carreras y el surgimiento de nuevas profesiones. Empero, la percepción mayoritaria es que las nuevas universidades privadas solo buscaban ganar dinero y la educación superior, en general, se convirtió en un gran negocio en el que incursionaron reconocidos empresarios.

El Olvido. En párrafos superiores hecho mención sobre el irrisorio presupuesto a la educación básica y peor aun a la educación superior en nuestro país. Esta situación ha permitido que las universidades públicas, sin mayor presupuesto y olvidadas a su suerte, descuiden el tema de la ciencia y la tecnología, transformándose en fábricas de profesionales. También es evidente que el poco presupuesto es -en contadas oportunidades- bien invertido en beneficio de los estudiantes. No solo es un problema de escasez de recursos, es también un problema de gestión financiera y de criterios de inversión.

Los docentes de estas casas de estudio hacen énfasis en la investigación científica como objetivo de la universidad, pero son desbordados por la penosa realidad de que no hay dinero ni interés en promover esfuerzos intelectuales. Se estima que por cada millón de habitantes el Perú cuenta con 229 investigadores, una cifra que ilustra la nula importancia a la generación de conocimientos.

Estos hechos también pasan porque no hay un rumbo en la educación superior. No tenemos un horizonte o un perfil claramente elaborado para nuestros profesionales. En la Era del Conocimiento donde la genética o la informática dominan el mundo, acá seguimos apostando por las tradicionales carreras de docencia o derecho. Esta carente visión nos ha sumergido en un círculo vicioso. Está claro que no podemos ser siempre una nación exportadora de recursos primarios sino que debemos mirar a la investigación como una necesidad para progresar.

Albert Einstein decía, en los años 40, que “todos los imperios del futuro van a ser imperios del conocimiento, y solamente serán exitosos los pueblos que entiendan cómo generar conocimientos y cómo protegerlos; cómo buscar a los jóvenes que tengan la capacidad para hacerlo y asegurarse que se queden en el país. Los otros países se quedarán con litorales hermosos, con iglesias, minas, con una historia fantástica; pero probablemente no se queden ni con las mismas banderas, ni con las mismas fronteras, ni mucho menos con un éxito económico”.

Como lo manifiesta Nicolás Lynch debemos articular universidad e investigación, superando la falsa hipótesis de lo inmediato y práctico. La investigación es un esfuerzo a largo plazo que requiere una fuerte inversión y tal vez ahí está la razón autentica de su abandono. El Estado es cortoplasista. Pensaba en la innumerable cantidad de deportistas olímpicos que participaron en Beijín y que nacieron en las universidades o la gran cantidad de patentes que se producen en estas casas de estudio en el mundo. Para el Perú este hecho es un sueño lejano, pero factible si hay decisión política. La universidad debe retomar su objetivo primario: construir conocimientos.

Pero también pienso en la idea de Lynch de aumentar más recursos a las universidades públicas pero bajo el criterio de la meritocracia. La universidad que demuestra mayores logros en el campo científico deberá ser premiada con mayor inversión. Asimismo, me parece vital que se comprometa a las empresas privadas en la tarea de generar conocimientos. Necesitamos vincular la necesidad del mercado industrial o tecnológico y la producción universitaria.

La autonomía universitaria se ha convertido en la piedra del zapato de la reforma del sector. El Estado poco o nada puede hacer para garantizar una educación de calidad en estos centros académicos. Y menos realizar cambios sustanciales desde el interior. Al primer indicio de reforma la amenaza de huelga aflora. Aun cuando el dinero que se utiliza es del erario público. Irónicamente hablan de autonomía, pero se sujetan con garras al poco dinero del Estado. Parece inverosímil que el Estado las atienda con prontitud, más realista es darles mayores facultades para que generen sus propios recursos económicos. Como lo hacen con los ingresos de sus centros preuniversitarios.

Asimismo, está la controvertida propuesta de Martha Hildebrandt de que los alumnos que proceden de colegios particulares paguen en la universidad estatal. Una medida que de por sí resulta interesante tomando en cuenta que mucho estudiantes van a la universidad en carros particulares, muestran su Laptop o celular de última generación. El asunto no pasa por ser un deber moral sino que debe ser legalmente establecido, en la medida de las posibilidades económicas de los universitarios.

Hildebrandt nos recuerda que en las universidades públicas el Estado garantiza el derecho a educarse gratuitamente a los alumnos que mantengan un rendimiento satisfactorio y no cuenten con los recursos económicos necesarios para cubrir los costos de educación. Lo cual equivale a decir que la universidad pública está dirigida preferentemente a los estudiantes más pobres de nuestro país. Hace hincapié en el hecho que aun cumpliendo con este requisito es necesario que el estudiante demuestre buenas calificaciones y la universidad no sea un mero lugar de encuentro social.

La congresista Mercedes Cabanillas, es de la misma opinión y puntualiza que el Estado aparece subsidiando con educación gratuita a quienes aparentemente tienen recursos para costear sus estudios pues hay una considerable presencia de estudiantes provenientes de colegios privados en algunas importantes universidades públicas (40% de los 883 alumnos ingresados en el último examen de admisión a la Universidad Nacional de Ingeniería, y 38% en el caso de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos).

La discusión seguramente continuará, pero lo importante es tomar una decisión en la problemática de la educación universitaria pública. Las necesidades de los docentes mal pagados, la pobre infraestructura y los pésimos servicios ofrecidos a los estudiantes no pueden esperar más. La educación es un derecho contemplado por la Constitución quien lo duda, pero la educación de calidad recién entra en agenda.

Termino con una cita del reciente desaparecido Constantino Carvallo Rey sobre la incidencia de la educación en la sociedad: “La educación debe poner las bases personales para la construcción de la justicia y la paz; la educación no es un fenómeno que se restringe al aula”. En la medida que brindemos mejor educación a nuestros jóvenes construiremos un país mejor. El desafío está puesto, la pregunta es quién tomará la decisión correcta. Quién cargará con este enorme peso y a la vez nos conducirá por el camino que nos era esquivo.

ANÁLISIS SOBRE LA EDUCACIÓN SUPERIOR NO UNIVERSITARIA EN EL PERÚ

Por: Arturo Escalante Aguilar. Maestrista UCSUR

El debate, la problemática y alternativas de solución a la universidad han sido motivo de fuerte discusión en todas las esferas de lo político, académico o legal, llegándose a interesantes conclusiones que pueden contribuir a su mejora; sin embargo, el tema de la educación superior no se ciñe solo al nivel universitario, sino que aborda otra realidad que tiene el Perú: los centros superiores tecnológica, pedagógica o escuelas superiores de arte, reconocidas por la ley como educación superior no universitaria.

El presente ensayo aborda el tema de manera directa y expone algunas ideas que indican que la educación superior no universitaria tiene más virtudes que defectos, contrario a lo que el común de los ciudadanos manifiesta, y se convierte en una herramienta indispensable y aún no explotada adecuadamente para salir del letargo que significa el progreso.

Universidad vs. Institutos

La primera gran deficiencia que percibimos en la educación de nivel superior es que está dividida en dos grandes ramas: la universitaria y no universitaria. Acto seguido, apuntamos que la primera se rige por la Ley Universitaria 23733 que data de 1983, mientras que la segunda espera hace muchos años una ley con nombre propio. Empero, la mayoría de entendidos ve que este solo hecho es ya un grave error, pues da la sensación de que se trata de dos cosas totalmente distintas y en esencia no los son.

Según la Ley General de Educación Nº 28044, la Educación Superior es la segunda etapa del Sistema Educativo y tiene como objetivos primordiales la formación integral de las personas, produce conocimiento, desarrolla la investigación e innovación y forma profesionales en el más alto nivel de especialización y perfeccionamiento en todos los campos del saber, el arte, la cultura, la ciencia y la tecnología a fin de cubrir la demanda de la sociedad y contribuir al desarrollo y sostenibilidad del país.

Al leer este enunciado queda claro que el objetivo de la educación superior no diferencia entre universitario y no universitario. Es más el debate académico actual busca integrarlas en una sola ley como –me parece- debió ser siempre. Esta situación se ha debido a la desidia de las autoridades que nunca recayeron en darle un marco legal oportuno a la educación superior no universitaria y permitieron que las universidades a través de muchos mecanismos e influencias se diferenciaran y marcaran sus propias reglas de juego.

Hoy, las universidades no solo parecen haber tomado un camino distinto, en esencia, con respecto a las instituciones no universitarias, sino que argumentan una plena autonomía y libertad expresa que les da la Ley que las ampara. Se ha creado dos mundos distintos dentro una sola realidad. Esto se manifiesta en términos prácticos en que no hay vinculación orgánica entre la universidad y las instituciones de educación superior no universitarias.

El Decreto Supremo N° 023-2001-ED reglamenta la creación, autorización y revalidación de funcionamiento de instituciones superiores pedagógicos públicos y privados, mientras que el D.S. N° 014-2002-ED autoriza el funcionamiento a las instituciones de educación superior no universitaria de formación tecnológica públicas y privadas.

Ley General de Educación consideran instituciones de educación superior, además de los tecnológicos, pedagógicos y escuelas de arte, a las escuelas de Oficiales de las Fuerzas Armadas, escuelas superiores de las Fuerzas Armadas, Escuela de la Policía Nacional del Perú, Escuela de Salud Pública del Perú y la Academia Diplomática del Perú.

Debido al amplio espectro que es la educación superior no universitaria será conveniente enfocarnos en la educación tecnológica y la educación pedagógica, para sí brindar más luces al tema.

Vida y muerte de los institutos pedagógicos

El futuro de los pedagógicos parece un misterio. Su funcionamiento, en la actualidad, está suspendido desde el 2006 hasta el 2011, mediante el decreto supremo 0024-2006, rubricado por el ministro de Educación José Antonio Chang, como una medida para detener, regular y revaluar la formación docente. Según el titular de Educación éstos serán reabiertos el año 2011 cuando se haya creado el sistema nacional de evaluación y acreditación de la calidad educativa.

Esta circunstancia ha convertido a los pedagógicos en el primer esfuerzo para regular la carrera magisterial en el Perú que en los últimos años ha llevado a la sobreoferta de docentes y a un desempleo de aproximadamente de 5,000 egresados de educación al año.

Como medidas complementarias el Ministerio de Educación estableció que la nota mínima para ingresar a uno de estos centros de estudios sea 14 y no 11. Asimismo, para los que egresen la exigencia se ha maximizado y los estudiantes que aspiren a obtener el título profesional deberán acreditar el dominio regular del idioma inglés y computación, con un mínimo de 200 horas de práctica. Adicionalmente, deberán presentar una tesis y rendir un examen lógico - matemático que deberán aprobar con nota mínima 14.

Tras dictarse las rigurosas medidas en el examen de admisión, los resultados han sido contundentes ya que el número de postulantes a los institutos pedagógicos públicos y privados disminuyó en un 66% entre el 2006 y el 2007, y un 46%, entre el 2007 y el 2008. Pero la cifra dramática se mostró en el número de alumnos que logró el ingreso a un instituto pedagógico.

El informe del diario El Comercio del 13 de junio de 2008, indica que, en el 2006, cuando cada instituto realizaba su respectivo concurso de admisión 22.500 jóvenes obtuvieron una vacante y esta cifra cayó en el 2007 abruptamente a 424 ingresos, al aprobar con nota mínima de 14, en el nuevo proceso de selección que se instauró. En el examen de admisión del 2008 solo 305 jóvenes superaron esa valla y ahora estudian en las 43 instituciones pedagógicas (36 públicas y 7 privadas) que tuvieron meta de matrícula.

Muchos pedagógicos con este nuevo sistema literalmente se han quedado sin alumnado y están sobreviviendo a duras penas. Para muestra un botón: en el Instituto Superior Público “José Antonio Encinas” de Formación Docente (Puno), en el proceso de admisión del 2007 se presentaron solo 32 postulantes para un total 125 vacantes. Con el poco interés de los estudiantes y la nota mínima requerida, lo más probable es que la gran mayoría de ellos cierren o cambien de rubro, siendo los verdaderos afectados los educandos en curso.

El hecho que los postulantes no alcancen mayoritariamente la nota mínima pueden deberse a dos causas: un examen riguroso de alto valor académico instaurado por el ministerio de Educación o una presumible falla del sistema educativo que emite alumnos de los colegios con una inadecuada preparación para incorporarse al nivel superior. Nos inclinamos, por el momento, en pensar que la segunda opción sería lo razonable. En adelante florecerán como solución –lo digo con mucha certeza- los centros pre-pedagógicos que ofrecerán una idónea preparación para el examen único anual del ministerio de Educación.

Otro inconveniente que debe llamar la atención es que el examen de admisión debe contener un peso cada vez más fuerte al tema de la vocación docente. Pues de nada valdrá que ingresen “cerebritos” a la carrera sin vocación de servicio, ello sería peor que la medicina, recordando que es denodado el espíritu que se debe tener para trabajar con los niños, adolescentes o jóvenes heterogéneos de nuestro país, especialmente en zonas rurales y con un sueldo poco renumerado.

En suma, la intención del sector es que la nueva generación de profesores esté altamente calificada y puedan brindar una educación exigente también a sus alumnos. No obstante estas medidas que parecen razonables y que los especialistas como León Trahtemberg o el recordado Constantino Carvallo aplaudieron, no se resuelve un tema de fondo: la calidad de los maestros de los pedagógicos y la poca o nula infraestructura que tienen estos centros de enseñanza. Sin enunciar que muchos de ellos han realizado una labor académica casi informal ignorando de manera mayúscula las recomendaciones del ministerio del ramo.

¿Tendremos alumnos más aplicados y exigentes con los mismos docentes? Esta duda me quita el sueño y pone de manifiesto que las medidas son positivas pero no suficientes, solo apoyan una reforma parcial, cuando el Perú quiere una transformación profunda y duradera. Entonces, la solución a este impase partirá del tan anunciado sistema nacional de evaluación y acreditación de la calidad educativa que se está discutiendo.

En retrospectiva, da la sensación que los pedagógicos son los malos de la película, pero esta observación es impropia pues su creación y funcionamiento a lo largo de la historia ha sido necesaria y sobresaliente. Quien puede dudar del prestigio que alberga, por ejemplo al Instituto Pedagógico Nacional Monterrico, y los miles de docentes egresados de estas aulas que trabajan a lo largo de la Nación.

Alternativa factible
Los institutos pedagógicos se han presentado siempre como una alternativa para jóvenes que desean la formación docente tanto por su costo como por la cercanía. Las pensiones en estos centros bordean entre los 80 y 150 soles, una cifra que la universidad jamás podría ofrecer o, en todo caso, una suma que está al alcance de la clase media y baja. Esto los hizo muy atractivos así como la promesa de brindarles una formación muy práctica. De la misma manera, la ubicación de la mayoría de ellos es céntrica en el caso de Lima y mostraba un examen de ingreso poco severo en lo académico.

El autor que suscribe este ensayo estudió en un instituto pedagógico privado y puede dar fe que un gran porcentaje del alumnado provenía de sectores pobres o de pocos ingresos económicos. Empero, se trataba de una juventud, según mi percepción, muy motivada con alto interés por superarse y encontrar en la formación profesional docente una oportunidad en la sociedad para salir adelante y satisfacer una vocación de servicio a la comunidad. Me parece que acá está una de sus principales virtudes.

Uno de los grandes problemas que presentan los pedagógicos está en su infraestructura, salvo escasas excepciones, el grueso de institutos adolece de salones para realizar las clases con comodidad, áreas para la práctica de ejercicios y bailes típicos que forman parte del currículo, así como reducidos espacios para la lectura (por lo general con biblioteca con solo libros básicos de consulta). Una responsabilidad que recae directamente en el mismo ministerio de Educación por permitirlo.

No he encontrado estudios comparativos (o los desconozco) que puedan indicar con precisión que los alumnos egresado de un pedagógico sean peores que los egresados de una universidad o viceversa. Y señalo esto porque, el debate de los pedagógicos llevó en pocos meses a aplicar la misma ley a las facultades de educación en las universidades cerrándolas temporalmente. Tal vez la razón esté en que seis de siete profesores que alcanzaron los primeros lugares en la primera prueba a docentes del Estado provenían de institutos pedagógicos. Estos maestros fueron premiados en palacio de gobierno por el mismísimo ministro Chang.

Otro factor decisivo del otrora éxito de estos centros, es irónicamente el cuestionado nivel de sus docentes. A pesar que éstos perciben un sueldo que fluctúa entre los 5 a 8 nuevos soles, irrisorio frente a lo que recibe un docente universitario que supera los S/. 20. A mi entender esto demuestra un auténtico sentido de vocación y dedicación a la carrera magisterial.

Finalmente, podemos decir que los institutos pedagógicos cuestionados por la autoridad competente son necesarios pues está alimentada de un público que se diferencia socialmente de las aulas universitarias. Asimismo, han demostrado una utilidad práctica para proveer docentes a la comunidad educativa, especialmente en zonas alejadas del país. Acota como virtud una formación didáctica muy acentuada y una plana docente muy motivada por el factor vocación. En contraposición, adolece de una adecuada infraestructura y servicios que la coloquen como una instancia de calidad educativa que se busca, originados por el exceso de permisos de funcionamiento que se repartió a diestra y siniestra, de sobremanera, en la década de los 90, y el fenómeno mercantilista que era un espejo del fenómeno de las nuevas universidades.

La necesidad tecnológica
Respecto al tema de los institutos tecnológicos me gustaría precisar solo una par de ideas. Primero, que el país no puede centrar su política en atender meramente la vida universitaria. Está comprobado que las empresas hoy en día requieren profesionales de término medio calificados y estos solo los provee los tecnológicos. Institutos como el José Pardo han ido perdiendo el brillo que tenían antes debido a este equivocado enfoque.

Segundo, que hay un público cautivo que no desea pasar cinco años en la universidad y requiere una preparación más práctica e inmediata en el mundo laboral. Que pretende un plan de estudios más dinámico y menos teórico. Los tecnológicos en muchas partes del mundo mantienen un alto nivel de enseñanza y prestigio, como ejemplo podemos señalar el Instituto Indio de Ciencia. En el Perú el Tecsup aun se alza como un centro de alto rendimiento y sus alumnos son pretendidos antes de acabar la carrera. Sin embargo, en el Perú los tecnológicos equivocadamente son vistos como centros de enseñanza de segundo nivel. Esto debido a que el colegio ha vendido la idea de que el éxito está en la universidad y el instituto como una segunda oportunidad a los derrotados.

Y tercero, los tecnológicos es la alternativa más económica para la población peruana. Los hay de todos los precios y se puede apreciar una variedad de ofertas.

Como falencias, los tecnológicos tienen casi las mismas características de los pedagógicos, con el agravante que muchas de sus carreras ofertadas sí requieren de instrumental e infraestructura de alto costo que muchas no brindan. En términos generales, podemos decir que la preparación en los tecnológicos es muy diversa. Mientras algunos tienen altos estándares de exigencia otras hacen pasar por agua tibia a sus estudiantes y se interesan solo en lo económico.

Al concluir este ensayo, debo precisar el nivel superior no universitario a pesar de estar bajo la supervisión del ministerio de Educación se han multiplicado desproporcionalmente llegando casi imposible garantizar los niveles de calidad que se aplican. Es necesario aprobar una Ley que las regule en su conjunto y poner en marcha un sistema de acreditación. En esta norma también debe incluirse a las universidades de tal manera que la brecha entre estas dos propuestas se unifique en criterios finalmente. En esta expectativa la autonomía universitaria debe estar sujeta a las necesidades de la Nación y no de un grupo de interés.

Esta ley no puede discutirse eternamente, el Congreso debe legislarla con urgencia y el Ejecutivo debe comprometerse a poner mano dura a la informalidad e irresponsabilidad de algunas instituciones que promueven una educación “chicha” sin normas de calidad internacional.


FUENTES:
Ministerio de Educación: http://www.minedu.gob.pe
Foro Educativo: http://www.foroeducativo.org/site/index.php
Consejo Nacional de Educación: http://www.cne.gob.pe/2007
Estadística de la Calidad Educativa: http://escale.minedu.gob.pe/escale/inicio.do
Dirección de Educación Superior Pedagógica: http://www.ciberdocencia.gob.pe/
Diario El Comercio (13 de junio de 2008)
Diario La República http://www.larepublica.com.pe (16 de Septiembre 2008)
Oficina de Coordinación Universitaria del Ministerio de Educación del Perú. “Estructura y titulaciones de Educación Superior en Perú”