miércoles, 28 de octubre de 2009

INTERNET Y LAS NUEVAS HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE

Autores: Arturo Escalante y Silohé Llanos




Definitivamente, los estudiantes contemporáneos son fruto de una generación interactiva, dependiente cada vez más del uso del Internet, por tanto, es ventajoso trabajar en el lenguaje y los códigos que ellos dominan. Esta situación ha dado lugar a dos etapas muy marcadas de la aplicación del Internet en el aprendizaje: De la Web 1.0, de carácter estático y solo para la lectura, a la corriente actual Web 2.0., donde los contenidos son interactivos, dinámicos y colaborativos.

Cuando se menciona la Web 2.0 hablamos de datos y contenidos que se pueden insertan de manera sencilla y gratuita en la red como los blog, videoblog, wikis o podcast. Vale decir, estas herramientas convierten al estudiante de receptor de mensajes a productor de contenidos propios y colaborativos. En términos educativos, esta nueva realidad permite formar alumnos gestores de su proceso de aprendizaje, abiertos a múltiples vertientes ideológicas, metodológicas y novedosas de educarse, colocando al docente en la tarea preponderante de coordinador y facilitador de aprendizajes.

Posibilidades ilimitadas

En nuestro medio, estos recursos en las aulas son utilizados de manera esporádica, no formal, no planificada, y obedecen a iniciativas personales de algunos docentes y estudiantes, mas no de la universidad. Por ejemplo, causa grata sorpresa que los educandos estén al tanto de las nuevas tecnologías y plataformas virtuales, pero estas son usadas, por lo general, no con fines educativos, sino para propósitos lúdicos, desaprovechando su potencial.

Las posibilidades ya explotadas, en gran medida, en nuestro medio pasan por el uso de los blogs y ciertos programas interactivos de contenido educativo que se pueden descargar de Internet, como los que pueden construir mapas conceptuales o mentales o aquellos que permiten estudiar el cuerpo humano de una forma más dinámica. No obstante, el potencial de las herramientas Web 2.0 son múltiples y obedecerían a diversos objetivos y temáticas educativas.

Bajo este enfoque, el uso de las herramientas Web 2.0 debe ser difundido y experimentado por los docentes como un primer paso para planearlo como un mecanismo común y valorado en la educación superior. Las tecnologías cambian tan rápido que es una vorágine alcanzarlos. El perfil profesional del docente actual -y más del futuro- esgrime que éste debe ser tan y más capaz en el uso de esta tecnología que los estudiantes. En mi práctica docente puedo observar y experimentar que ellos se mantienen un paso adelante del profesor. Sin embargo, esto en el fondo no es el problema, el asunto es que estas herramientas no son aplicadas a la vida académica. Por ello, el desafío del profesor y la universidad es convertir eficazmente estos aportes tecnológicos en un instrumento de trabajo pedagógico.

La inclusión de estas herramientas debe hacerse de manera concienzuda, recayendo en los objetivos del aprendizaje y no en una tendencia de solo “estar a la moda” para ganar réditos en la comunidad académica. Muchas universidades tienen plataformas educativas como los foros o las comunidades virtuales, pero el índice de participación de los estudiantes en ellas es solo simbólico.

Al aplicarlas en el ámbito universitario será menester explicar a los dicentes los beneficios de la inclusión de estas herramientas en su vida cotidiana y su impacto en la metacognición. Los Wiki, por ejemplo, permiten una construcción de contenidos de manera democrática y tolerante, donde todo aporte es valorado y superado constantemente.

En la misma perspectiva, los blog abren paso a la libertad de expresión escrita y lectora de los estudiantes. Asimismo, los hace tolerantes a las críticas y las observaciones de los usuarios visitantes. Desde la perspectiva del docente, se plantea una nueva y audaz forma de enseñanza-aprendizaje donde el estudiante toma un rol dinámico y los profesores asumen una posición orientadora y abierta a inquietudes de la temática.

Esto significa que el catedrático tendrá que estar más preparado en las habilidades comunicativas y tecnológicas, pasando a ser un facilitador del aprendizaje como lo plantea el modelo constructivista. El tema pasa por brindar también mayor compromiso y tiempo a la labor académica. Como una ironía, los avances tecnológicos hacen la vida más sencilla a los estudiantes, pero sumerge en una etapa de monitoreo, tutoría y evaluación más exigente al profesor.

Los puntos más resaltantes de los beneficios de estas herramientas serían los siguientes:

1. Propician nuevas formas de enseñar para los docentes y de aprender para los estudiantes rompiendo los paradigmas de la educación tradicional.
2. Cierra brechas de carácter económico, de distancia y tiempo para la retroalimentación del proceso enseñanza-aprendizaje.
3. Incrementa las posibilidades de acceder a información (bibliotecas virtuales, libros digitalizados, etc.) y favorece una organización, sistematización y aprovechamiento del mismo para objetivos académicos.
4. Favorece el intercambio de conocimientos y experiencias entre estudiantes y docentes de diversas partes del mundo.
5. Incentiva la participación y solidaridad en proyectos universales como la lucha contra la contaminación o el ahorro de energía.
6. Genera una perspectiva distinta del rol del docente en la vida académica al consolidarlo como agente facilitador de conocimientos, temáticas y tecnologías.
7. Ayuda a que los estudiantes publiquen en la red sus trabajos y desarrollen un espíritu más crítico sobre la realidad.
8. La aparición de programas más sencillos y potentes abre la ventana para que el estudiante experimente con nuevas maneras de presentar o representar sus trabajos fusionando la palabra, la imagen y el sonido en un solo consolidado. Por ejemplo, en este marco, el uso y la producción de vídeos hacen que el aprendizaje sea más interesante y hasta emocionante.
9. El uso de estas herramientas colabora firmemente con el ideal de la autonomía del estudiante y la responsabilidad académica en la medida que haya una conciencia de la autogestión y evaluación permanente de los progresos.
10. Finalmente, estas aplicaciones hacen que los estudiantes pongan en juego las capacidades comunicativas de toda índole (socializar, hablar, escribir, escuchar, leer, etc.) en una actividad más dinámica y enriquecedora que los tradicionales trabajos de aula.


Todas estas aspiraciones se harán realidad en la medida que los estudiantes se encuentren motivados, dispongan de los recursos técnicos y estén adecuadamente orientados por el docente-universidad sobre los nuevos cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje, que obviamente son de mediano y largo plazo.

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